
ENSAYO
¿Somos los dueños del planeta o una parte más de él?
El Papa Francisco dijo una vez: "La falta de preocupación por medir el daño a la naturaleza y el impacto ambiental de las decisiones es sólo el reflejo muy visible de un desinterés por reconocer el mensaje que la naturaleza lleva inscrito en sus mismas estructuras", demostrando a través de sus palabras la poca importancia que le damos, los humanos, a nuestro planeta.
Durante las últimas décadas surgió un nuevo concepto para combatir el deterioro ambiental del planeta, al que se le denominó "Desarrollo sostenible", este establece la estrecha relación existente entre el progreso económico, social y ecológico. Así pues, ponerlo en práctica a nivel mundial, para generar un cambio, es esencial. Sin embargo, a pesar de todo, los seres humanos, principales agentes destructores, no estamos promoviendo acciones que permitan detener el daño que le hacemos a la Tierra; y esto es porque creemos que somos los únicos seres con valor propio en este planeta. Sabiendo esto, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Es el antropocentrismo moderno, la causa principal del deterioro ambiental?
Para responder la anterior interrogante, se realizó una encuesta a 28 personas peruanas de diferentes edades con la finalidad de conocer cuál es su posición frente al desarrollo sostenible: Las preguntas estuvieron relacionadas con situaciones cotidianas donde se puede evidenciar el nivel de sostenibilidad que tiene nuestra sociedad, y los resultados confirmaron las causas de la crisis ecológica que estamos viviendo.
Específicamente, los porcentajes obtenidos demuestran la falta de información que se tiene sobre el tema; y cómo se prefiere desarrollar intereses propios y no necesarios, antes que cumplir con el deber de preservar los recursos de nuestro planeta. Por ejemplo, el 71.4% consideró mucho más importante el desarrollo de la tecnología que la conservación de vida silvestre como el murciélago (Este, según estudios, es una de las especies de animales más valiosas). Además, a pesar de las campañas de concientización actuales con respecto a productos que dañan al ambiente: Las personas (El 62%) siguen usándolos cuando requieren satisfacer gustos. Algunos de estos son: Globos y utensilios descartables.
De esta manera, se demostró cuan arraigado se encuentra el antropocentrismo moderno en nuestra sociedad. Según Alejandro Ochoa Figueroa, licenciado en Derecho por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México: «El antropocentrismo se centra en la creencia de que los humanos son superiores al resto de la naturaleza, por lo que, como resultado, se considera al ser humano como legítimo dueño de aquella y, por ende, puede utilizarla para sus propósitos." En otras palabras, creemos que somos superiores a cualquier otro ser vivo; y promovemos el relativismo práctico (Bien propio, sobre bien común).
Entonces, no sabemos con exactitud cuán profundo es el daño que ya tiene nuestra casa común: cambio climático; contaminación del suelo, aire y agua; tala de árboles y caza ilegal; y así infinitas acciones humanas que parecen no tener fin. De hecho, sin irnos muy lejos, en nuestra región existe muy poca conciencia sobre no tirar basura en la calle; ya que, según estudios del Ministerio del ambiente, 5 distritos de Piura figuran entre los más sucios del país.
Por otro lado, en el capítulo 3 de Laudato sí, encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la Casa Común, se habla sobre las raíces de esta crisis ecológica. Aquí se confirma lo influyente que es la ideología antropocentrista al impedirnos promover el desarrollo sostenible; además se menciona que el mundo está subordinado a la lógica de "usar y tirar", haciendo énfasis al consumismo extremo que se ha visto en los últimos tiempos: " El hombre, en vez de responder a la llamada de Dios a administrar responsablemente la creación dada, se ve a sí mismo como dueño y "señor" de la naturaleza y la domina tiránicamente"-(Papa Francisco.(2015). Laudato sí)
Recordemos que es el modo de pensar el que gobierna nuestra vida, ya que define cómo nos sentimos y sobre todo cómo actuamos; así mismo, todo lo que consideramos correcto se lo transmitimos a las personas con quienes nos relacionamos. Por ello, el cambio no lo tienen que empezar a generar los líderes políticos, sino la familia misma como base de la sociedad. Además, los valores que nos son enseñados en casa serán los que realicemos fuera de ella, y las acciones también. (Juan Pablo II, 1994).
Un ejemplo claro del antropocentrismo en nuestra región, se dio recientemente en la provincia de Huancabamba, cuando el grupo de representantes de la mina de Río Blanco ofreció 1400 canastas familiares a la población, a cambio de firmas para aceptar proyectos, cuyas consecuencias para el lugar son devastadoras (Contaminación del suelo, aire y agua). Esto demuestra cómo los seres humanos aprovechan incluso situaciones precarias para salir favorecidos, sin darle importancia a los efectos colaterales de sus acciones.
Por ende, afirmando que todo este egoísmo por nuestro entorno, es enseñado y transmitido en casa, es importante comenzar el cambio con acciones ecológicas pequeñas, como la práctica del reciclaje y evitar el uso de productos que dañen el ambiente, como los sorbetes y los globos. Debemos tratar a la Casa Común como una madre que nos acoge en sus brazos y una hermana con la que compartimos todo. (Papa Francisco,2015).
Y es que, no somos superiores a un perro, un gato o una abeja, la única diferencia es que ellos se manejan por su instinto y nosotros hacemos uso de razón; pero cada uno de los seres vivos de este planeta tiene el mismo protagonismo en la lucha por la supervivencia: sin ellos no somos nada.